lunes, 1 de abril de 2013

Revelación

A veces pasan los días en automático, sin reparar en detalle alguno, solo transcurren imparables, amanecen tarde, terminan en la madrugada sin brillantez alguna, insípidos, blancos.

A veces los días pueden tener alguna sorpresa, alguna pequeña dicha escondida que asoma con timidez como una mascota nueva que viene asustada en una caja de cartón lista para intentar escapar, hasta que encuentra unos ojos ansiosos por conocerla, alguien a quien pertenecer, alguien a quien seguir.

Aunque la mayoría de mis días pasan en blanco, suspendidos de un vacío, pendientes de un vacío, contemplando el vacío, hoy vino a mí una idea furtiva, incendiaria, letal, con fuerza para crear y destruir, capaz de convertirse en una misión.

Una idea imposible de arrancar, razón para vivir, razón de más para morir, una idea brutal, salvaje, primitiva. Una llamada ancestral venida de las entrañas de la tierra, de los antepasados mas antiguos anteriores al hombre mismo, una llamada cósmica, estelar, galáctica.

La llamada tenía un solo objetivo y llegó en el momento preciso que miraba al interior de unas pupilas a la luz del sol. Ahí, la idea tomó forma de lleno y mi corazón delator supo que había que hacerla viral, contagiosa, indeleble y voraz. Y la idea así de grande cabe en una sola palabra, un solo verbo, un solo mandamiento, cuatro escasas letras. Amar.

3 comentarios:

Claudia Cruz dijo...

Esa cotidianidad en la que caemos, sentir vacío, exigir pretendiendo que lo merecemos todo, sin darnos cuenta que es una decisión y buena voluntad. Que ese amor florezca, disfruta cada instante, cada momento.

Sweetest Real Thing dijo...

Gracias Klau, me hace felíz compartir contigo esas pequeñas revelaciones. Va un abrazo!

Claudia Cruz dijo...

Lo dicho, eres un caballero, beso!